Atletas cubanos en una carrera por salir del país
Mientras algunos buscan una vida mejor en el extranjero, otros se quedan por un sentido de lealtad.
Atletas cubanos en una carrera por salir del país
Mientras algunos buscan una vida mejor en el extranjero, otros se quedan por un sentido de lealtad.
Atletas cubanos que abandonan el país en busca de mejorar su carrera en el extranjero suelen señalar la falta de apoyo y las pobres recompensas.
Robertlandy Simón Aties, era el capitán del equipo nacional de Voleibol cubano, pero renunció después de desilusionarse por la forma en que son tratados los deportistas de alto rendimiento.
Después de que su equipo quedó en segundo lugar en el Campeonato Mundial de Voleibol celebrado en Italia en 2010, logró convencer a las autoridades para que le recompensaran con un coche. Pero esto se produjo sólo después “de cansarme de pedirlo”, dijo el excapitán. Aties fue el único jugador en recibir un coche. Además, señaló que la paga a los jugadores se hizo tarde.
Simón Aties tuvo la posibilidad de migrar legalmente porque se casó con una italiana y ahora tiene un contrato de tres años con un equipo de voleibol en Piacenza.
Existen muchas historias similares. En junio pasado, cinco miembros del equipo nacional de baloncesto se fugaron durante un torneo en Puerto Rico.
“No critico a un atleta cuando toma la decisión de irse de su país para buscar un futuro mejor”, comentó un joven atleta del Centro de Entrenamiento de Alto Rendimiento “Giraldo Córdova Cardín” (CEAR), quien no quiso ser identificado.
“La espera de años en representar otro país que no es el tuyo tiene mayor satisfacción que representar el lugar donde naciste”.
Y añadió, “cuando tenga mi oportunidad, me voy”.
El deportista expresó que la selección del equipo para eventos internacionales suele ser más por fiabilidad política que por habilidad.
Otro joven atleta citó el caso del corredor Dayron Robles, quien ganó los 110 metros con vallas en los Juegos Olímpicos de Beijing en 2008. Robles estuvo implicado en una batalla por dos años con el Comité Olímpico Cubano y el Instituto Nacional de Deportes y Recreación (INDER), debido a los pagos pendientes por un valor de 40,000 dólares.
Robles finalmente ganó el caso, pero los jóvenes atletas comentaron que si una estrella tan grande como él tuvo que luchar tan duro para conseguir lo que se le debía, entonces, “¿qué espero para mí?”
No todos están de acuerdo. Un jugador de un equipo nacional comentó que ha tenido la oportunidad de quedarse en el extranjero, pero siente que debe quedarse porque tiene una deuda con la Revolución Cubana.
“No soy ciego. Es verdad que el gobierno a veces se demora en darte las cosas como una casa o un carro” expresó el atleta. “Eso se debe al bloqueo impuesto por Estados Unidos, pero al final te dan las cosas”.
En cuanto a aquellos que decidieron migrar, señaló el deportista, “no siento ningún rencor, esa fue su decisión. Lo único que siento por ellos es que han perdido la oportunidad de representar a sus raíces”.
Un entrenador de la Escuela Superior de Formación de Atletas de Alto Rendimiento, ESFAAR “Cerro Pelado”, señaló que no es fácil ver su tiempo perdido cada vez que un atleta abandona la delegación cubana en competencias internacionales.
“No estoy de acuerdo”, exclamó el entrenador. “Son personas que no sienten amor por su país”.
Carlos Rodríguez es el seudónimo de un periodista independiente con sede en La Habana.
Esta noticia fue publicada por primera vez en el sitio web de IWPR.