Más medios por menos violencia de género

Más medios por menos violencia de género

Audience at the Latin American Digital Media and Journalism Forum in Mexico City. (Photo: IWPR)
Audience at the Latin American Digital Media and Journalism Forum in Mexico City. (Photo: IWPR)

Periodistas, editores y fundadores de publicaciones feministas y LGBTI+ alertaron sobre la urgencia de abordar la violencia de género, el feminismo y los temas del colectivo LGBTI+ como parte de la agenda mediática diaria en América Latina. Fue durante el 6to Foro Latinoamericano de Medios Digitales y Periodismo celebrado el 9 y 10 de noviembre de 2017 en Ciudad de México.

“Si no tiene perspectiva de género no es buen periodismo”, aseguró Catalina Ruiz-Navarro, editora de la revista Volcánica durante su participación en el 6to Foro Latinoamericano de Medios Digitales y Periodismo. La fundadora del portal (e)stereotipas se opone al poder de los medios hegemónicos que no cuentan —o cuentan mal— la violencia de género que sufren millones de mujeres en América Latina.

En una región donde fallece una mujer cada dos horas por motivo de su género, según difundió en 2016 la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el feminicidio ha llegado a ser finalmente un tópico en los medios de comunicación.

Para Ruiz-Navarro las noticias sobre el asesinato de las mujeres, solo por ser mujeres, alimentan el morbo de los medios. Vende decir “¡La mataron terriblemente!” y contar todos los detalles sobre cómo la mataron: “por eso una tiene que ser muy consciente de las imágenes que reproduce y de la forma en que cuenta las historias [de agresiones feminicidas]” entiende Ruiz Navarro. En medio de un complejo panorama social, donde el género femenino a menudo se presenta cosificado, hipersexualizado y fragmentado, la Fundación Internacional de Medios de Comunicación para Mujeres ha concluido que casi la mitad de todas las noticias —en 100 países analizados— refuerzan los estereotipos de género a diario.

Aun cuando numerosos medios generalistas reconocen el valor de la perspectiva de género, periodistas y editores todavía aprueban y publican productos comunicativos misóginos. En 2014, por ejemplo, la revista mexicana emeequis sacó a la luz el perfil El joven que tocaba el piano (y descuartizó a su novia), un texto que —según reconoció tiempo después su propio autor— culpó en parte a una joven asesinada por su pareja y expuso, en primer lugar, las supuestas razones del asesino para cometer el crimen.

Esa vez, lectores y voces críticas promovieron un debate sobre el tratamiento del feminicidio en la prensa. Sin embargo, a diario, la mayoría de los medios de comunicación y la publicidad fragmentan el cuerpo de las mujeres, refuerzan estereotipos o prejuicios relacionados con el género y ofrecen ideales heteronormativos de la sociedad. América Latina no escapa del flagelo de la violencia de género mediática contra las mujeres.

Por eso, la periodista Patricia Orozco, de la emisora Onda Local, de Nicaragua, asume que los comunicadores de uno y otro género tienen la misión de afrontar con prácticas periodísticas ideales la violencia. “No solo significa hablar de malos tratos hacia las mujeres”, dice. “La violencia de género es un problema social. Los y las periodistas, donde quiera que estén, tienen que estar al lado de las mujeres, y no al lado del poder”.

Solo en Nicaragua, de donde proviene Orozco, ocurrieron 20 feminicidios desde enero hasta mayo de 2017, de acuerdo con informes de organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres.

Para Ruiz-Navarro —una de las principales voces feministas de los medios mexicanos— está claro que la repetición en la prensa de las noticias sobre feminicidio normaliza la violencia de género. “Que las mujeres [víctimas] tengan identidad, que conozcamos sus historias, que sepamos qué soñaban, qué querían hacer en esta sociedad, es muy importante para particularizar cada caso”, ponderó la bloguera.

En definitiva, ni Catalina Ruiz-Navarro ni el resto de participantes en la mesa Periodismo vs. Violencias machistas, del 6to Foro Latinoamericano de Medios Digitales y Periodismo, cumplen un rol pasivo en los medios de comunicación donde se expresan. “Uno —o una— no puede ser periodista racista, clasista, machista, porque, de esa manera, está apoyando el poder”, sentenció la autora del blog Catalinapordiós.

Redacciones sin mujeres

Tanto Patricia Orozco como Catalina Ruiz-Navarro son representantes de medios de nicho enfocados en el tratamiento de la violencia contra la mujer o el feminismo. Y aunque en los últimos años han proliferado revistas y publicaciones digitales conscientes de la necesidad de tratar los temas de género, la violencia machista está lejos de desaparecer de los medios de comunicación, según se abordó en los debates del foro.

Mael Vallejo, director editorial de la revista Chilango y del periódico Máspormás, medios generalistas enfocados en el panorama de Ciudad de México, cree que los hombres —mayoría en las redacciones periodísticas— temen al feminismo: tienen “miedo a enfrentar el tema, miedo al empoderamiento de las mujeres”.

De hecho, según difundió la Fundación Internacional de Medios de Comunicación para Mujeres, menos de una tercera parte de los cargos directivos de periódicos, canales de televisión y emisoras de radio son ocupados por mujeres. El género femenino sigue siendo minoría en las redacciones, y aún no alcanza con propiedad los niveles más altos en los medios de comunicación.

Chilango y Máspormás “seguramente han transmitido” —dice el propio Vallejo— “un lenguaje machista en portadas, en entrevistas, en fotografías. Primero tuvimos que entender que estábamos siendo machistas y, luego, tuvimos que empezar a cambiar”, añade el periodista y editor, único participante masculino de la mesa Periodismo vs. Violencias machistas.

Aun cuando México cuenta como promedio la muerte de 5 mujeres por día en los primeros 15 años del siglo XXI —de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI— pocos medios asumen en su agenda informativa las problemáticas de género. “Chilango” —asegura Mael Vallejo— “no es una revista que normalmente aborde ese tipo de temas tan sociales, o tan duros, pero asumimos que era imposible no verlos y no hablar. Así como todos los medios tienen una sección de política y deportes, todos deberían interiorizar que el feminismo y la violencia de género son temas diarios”.     

El estreno LGBTI+

Si bien en 2016 el tema de la violencia machista en los medios de comunicación alcanzó los debates del 5to Foro Latinoamericano de Medios Digitales y Periodismo, este año, por primera vez, el evento incluyó un panel sobre los medios LGBTI+ en esta región del planeta.

En el espacio de debate trascendió que la situación de la comunidad LGBTI+ resulta muy dispar en América Latina. Mientras Argentina, por ejemplo, aprobó una avanzada ley sobre identidad de género, otros países en de la región aún criminalizan la homosexualidad.

Barbados, Belice, Granada, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago forman parte de la lista de 72 estados que condenan las relaciones entre personas del mismo sexo. Otros han despenalización  la homosexualidad pero no alcanza: en naciones donde se aprobó por ley el matrimonio igualitario aún no se han logrado eliminar los ataques o abusos homofóbicos.

Argentina, Brasil, Uruguay y Colombia legalizaron el matrimonio entre personas del mismo sexo. Mientras, Ecuador y Chile aceptan las llamadas “parejas de hecho”. El matrimonio igualitario también es legal en varios estados mexicanos.

La periodista uruguaya Ana Fornaro, la única mujer que participó en la mesa Panorama de los medios LGBTI+ en América Latina: ¿quiénes son, cuáles son sus retos, desafíos y objetivos?, fundó y co-dirige la Agencia Presentes, un medio especializado en noticias sobre la comunidad LGBTI+ en Argentina, Paraguay, Chile, Perú y Honduras.

Durante la celebración del foro, Fornaro consideró que resulta “muy desigual” el panorama de derechos LGBTI+ en América Latina. “Los estados [latinoamericanos] tienen distintos niveles de avance y respeto, pero, en todos, los derechos del colectivo LGBTI+ se vulneran día tras día”.

Las expresiones sociales de homofobia y transfobia soportan el discurso discriminatorio que difunde —consciente o inconscientemente— numerosos medios de comunicación. En la prensa, las identidades LGBTI+ “se tratan desde una perspectiva amarillista, con mucho morbo. En general, el colectivo travesti y trans ocupa siempre el lugar de las notas policiales”, asegura Fornaro.

Desde la Agencia Presentes, la periodista uruguaya asume que los medios hegemónicos en América Latina no suelen visibilizar las noticias que afectan al colectivo LGBTI+, aunque “hay medios alternativos, independientes, más chiquitos, que sí miran estos temas”.

Según el portal web Distintas Latitudes en América Latina existen 21 medios que cubren temas LGBTI+, desde México hasta Argentina. Aún así, la cifra no parece suficiente, ni alcanza a todos los países de la región.

“Por eso nosotros —sostiene Ana Fornaro— nacimos con la misión muy clara de influir en la agenda mediática, no solo de Argentina sino de toda la región. Nuestro objetivo es que los medios grandes tomen de insumo nuestras notas. Si ellos no tienen recursos para investigar nosotros ya lo estamos haciendo, y lo hacemos lo mejor que podemos”. De eso, en definitiva, tratan los foros Latinoamericanos de Medios Digitales y Periodismo, de explorar las vías para influir en la agenda mediática de esta región.

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