En Cuba, no hay salida rápida para universitarios

La simplificación de las reglas para migrar no aplica para los graduados universitarios, quienes tendrán que esperar cinco años en un acto diseñado para frenar la fuga de cerebros.

En Cuba, no hay salida rápida para universitarios

La simplificación de las reglas para migrar no aplica para los graduados universitarios, quienes tendrán que esperar cinco años en un acto diseñado para frenar la fuga de cerebros.

Aunque las autoridades cubanas han simplificado las restricciones para viajar, eliminando el requisito para solicitar un permiso de salida, existe un inconveniente. Para prevenir un éxodo de profesionales calificados, cualquier persona con título universitario tendrá que esperar cinco años antes de migrar.

La Ley 1312, anunciada el 16 de octubre y que entrará en vigor el 14 de enero de 2013, permite a los nacionales cubanos viajar al extranjero libremente mientras hayan obtenido la última versión del pasaporte. Ya no necesitarán pasar por un largo proceso para solicitar un permiso para viajar o contar con una carta de invitación de alguien que viva en el destino elegido. Además, las autoridades han abolido la ley que despoja a los migrantes permanentes de sus bienes y derechos.

Sin embargo, los graduados universitarios serán excluidos para viajar de inmediato, con el fin de  “preservar la fuerza de trabajo calificada para el desarrollo económico, social y científico-técnico del país”, señala la ley, teniendo en cuenta que el período de espera refleja el tiempo necesario para “entrenar a un sustituto”.

De acuerdo a una editorial del diario Granma, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), las precauciones fueron tomadas en respuesta a la política “hostil” que  Estados Unidos ejerce sobre La Habana, fomentando el “robo de cerebros” a través de las facilidades que ofrece la Ley de Ajuste Cubano y el programa de visas para profesionales de la salud.

En un comunicado de la Dirección de Inmigración y Extranjería,especifican que la desvinculación laboral no exonera del cumplimiento de los plazos requeridos para que se autorice la solicitud de residir en el exterior.

Benigno Guerra es licenciado en Biología. Tiene 58 años y 38 de ellos dedicados al servicio de la docencia.

“Después de tantos años de mísero salario trabajando para Educación, tengo planes de establecerme en Alemania junto a la mayoría de mi familia. Pero debo ser paciente y esperar cinco años para ver si me aprueban la salida”, expresó Guerra.

Guerra describe el periodo de espera como “más que una precaución”.

“Es una acción de temor encausada a evitar una fuga de cerebros”, comentó. “Saben que de abrir [las fronteras], la mayoría del personal calificado se marcharía en busca de un mercado laboral de mejor justicia salarial”.

El periodista independiente José Fornaris, presidente de la Asociación Pro Libertad de Prensa (APLP), considera que no existe la reforma, solo la devolución, a medias tintas, de uno de los tantos derechos usurpados a la ciudadanía.

“La libre entrada y salida del país es una figura reconocida por el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas, el cual firmó el gobierno de Cuba el 28 de febrero de 2008, pero que aún no ratifica”, expresó Fornaris. “Culpan a Norteamérica de politizar la situación (...) pero el cambio se debe a las presiones sostenidas desde dentro y fuera de la isla”.

Muchos cubanos salen ilegalmente del país navegando en embarcaciones caseras y balsas rumbo a Estados Unidos y Centroamérica.

“No se sabe – y nunca dirán – la cifra de personas que han perdido la vida intentando cruzar el Estrecho de la Florida, por no contar con canales normales para emigrar”, dice Fornaris.

Este artículo fue publicado por primera vez en el sitio web IWPR.

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