Balseros Migrantes de Cuba

En embarcaciones caseras, los cubanos se dirigen a Florida o Centro América a pesar del riesgo de ser interceptados o ahogarse.

Balseros Migrantes de Cuba

En embarcaciones caseras, los cubanos se dirigen a Florida o Centro América a pesar del riesgo de ser interceptados o ahogarse.

Cientos de cubanos han sido enviados de vuelta a su país en los últimos meses por la Guardia Costera de Estados Unidos y funcionarios mexicanos. Muchos no se desaniman y dicen que harán otros intentos por navegar hacia la libertad. 

Los “balseros” se dirigen a Estados Unidos, México y Centroamérica en embarcaciones caseras que ellos construyen.. Las balsas suelen estar sobrecargadas y no aptas para navegar. No todos llegan a tierra firme.

Un joven oficial que está haciendo su servicio militar en las tropas Guarda Fronteras de Cuba señaló que de julio a octubre de 2012 se han reportado unos 250 arrestos de balseros, algunos hechos por sus colegas y otros por la Guardia Costera de Estados Unidos.

Desde 1995, la guardia costera ha implementado una política conocida como “pies mojados, pies secos”, según la cual los cubanos que lleguen a tierras americanas pueden permanecer ahí y solicitar una residencia permanente. Aquellos que son interceptados en el mar -con los “pies mojados”- son devueltos a Cuba.

El primero de noviembre, la Guardia Costera de Estados Unidos repatrió a 32 cubanos que viajabanen dos embarcaciones, con dos días de diferencia, a mediados de octubre. .

En México, el Instituto Nacional de Migración de México (INM), señala que 264 cubanos han sido devueltos en los primeros nueve meses de este año.

Pedro Luis Hernández es un veterano “balsero” con 11 intentos fallidos a sus espaldas. . A cualquier hora del día, señala Hernández, “en algún punto costero de la isla, puede estar ocurriendo un intento de salida ilegal del país”.

“Navegar 140 kilómetros rumbo norte [a Florida] con un futuro incierto a merced de las olas y los hambrientos tiburones... no es nada, comparado con ver pasar tu juventud sentado en el contén del barrio”, expresó Hernández. “No te come el tiburón, pero sí el jefe de sector [Oficial de la Policía]”.

David Alonso, otro “balsero” que ha hecho repetidos intentos por llegar a Florida, explica que existen grandes diferencias dependiendo quién te atrapa. Señala que los oficiales americanos están obligados a garantizar “el respeto y la protección de los repatriados”, mientras que la contraparte cubana te esposa, ofende y amenaza con encarcelar si no les dices el lugar por dónde saliste y quién te ayudó.

Una vez que los “balseros” han sido interceptados, ya sea por la Guardia Costera Estadounidense o Cubana, son entregados al Departamento de la Seguridad del Estado (DSE) de Cuba e interrogados en la Unidad Militar Tricornia, en el municipio Habana del Este, provincia de La Habana.

De acuerdo con Alonso, la experiencia no es tan mala como la multa que conlleva.

“Cuando eres repatriado, los riesgos de sufrir prisión... son muy remotos. Algunos gritos y ofensas por parte de los oficiales del DSE para provocarte. Pero aun así, uno se siente seguro” comentó Alonso. “Tres meses después, nos llegó a todos [los detenidos] una multa de 3000 pesos [equivalente a 120 dólares, o seis meses del salario promedio] a pagar en un mes”.

El Dr. René López, abogado independiente y responsable de una consultoría jurídica en La Habana, explica que bajo el Decreto-Ley aprobado en 1999, las multas son impuestas no por salir ilegalmente, sino por navegar sin permiso y construir ilegalmente una embarcación.

Un oficial de Capitanía de Puerto, que dijo llamarse Alfredo, explicó que no están otorgando el permiso de navegación o de construcción de embarcaciones. Cuestionado sobre este tema, respondió con furia que las decisiones de la Revolución Cubana no deben ser cuestionadas.

Alonso comentó que seguirá haciendo intentos para salir en una embarcación en el futuro, toda vez que podría ser encarcelado si no paga la multa anterior.

“No me dan posibilidad de empleo por no ser confiable y no puedo pagar la multa. Prefiero morir en mi intento por alcanzar tierras de libertad, que permanecer 4 años en prisión”.

Por Gerardo Younel Ávila Perdomo es un reportero gráfico de la agencia de noticias Centro de Información Hablemos Press.

Este artículo fue publicado por primera vez en el sitio web IWPR.
 

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