Huracán Sandy expone deteriorada infraestructura cubana

“La cosa viene fea”, señaló un oficial mientras los vientos se dirigían a la costa.

Huracán Sandy expone deteriorada infraestructura cubana

“La cosa viene fea”, señaló un oficial mientras los vientos se dirigían a la costa.

La devastación causada por el huracán que golpeó Cuba la última semana de octubre, se vio agravada por el mal estado de muchos edificios, según testigos presenciales.

El huracán Sandy es la peor catástrofe natural que azota Cuba en medio siglo.

A medida que el huracán Sandy se acercaba a la costa, el presidente del Consejo de Defensa Provincial, Lázaro Expósito Canto, dio un comunicado televisivo y radial de última hora.

“La cosa viene fea, los ciudadanos que viven en casas en mal estado tomen precauciones y las medidas necesarias para evitar la pérdida de vidas humanas”, señaló.

Cuando emitió esta advertencia, muchas personas de la provincia de Santiago de Cuba no pudieron escucharlo, la corriente eléctrica ya había sido suspendida en varias partes de la provincia.

Después de que el huracán azotará la madrugada del 25 octubre, las estimaciones preliminares de los daños materiales fueron reportadas por el periódico oficial Juventud Rebelde - más de 4.200 casas se habían derrumbado, 27.000 perdieron sus techos totalmente y 17.000 tenían daños parciales en los techos.

Estas cifras corresponden a la provincia, exceptuando su principal centro urbano, Santiago de Cuba. El daño a esta ciudad, la segunda más grande después de la capital, La Habana, fue significativa. Los residentes dijeron que la infraestructura no estaba preparada para el embate que recibió.

En el barrio de Chicharrones -visitado después del huracán por Raúl Castro, Presidente de Cuba- Marlén, ama de casa, cuenta cómo sobrevivió gracias a la ayuda de un vecino.

“En medio de la noche el techo de mi casa fue llevado por las fuertes rachas de viento. Gracias a la solidaridad de un vecino (...) fui evacuada junto a mis dos hijos, esposo y demás vecinos en medio del paso del ciclón” dijo. “Al amanecer todo estaba destruido, las casas en el suelo y muchas personas llorando porque habían perdido todo lo que tenían”.

Margot, habitante de la localidad Antonio Maceo, cree que los muertos en Santiago de Cuba se pudieron evitar si las autoridades hubieran “informado correctamente a los ciudadanos” sobre el paso del huracán y provisto de albergues “por lo menos a las personas que tenían problemas serios de vivienda”.

Antes de que los vientos golpearan, señaló Margot, “los trabajadores de comunales no destupieron [limpiaron] los alcantarillados para evitar inundaciones [y] no se talaron árboles para evitar el derribo de (...) casas y obstrucciones de calles”.

Observadores locales reportaron casos de saqueo tras las secuelas del huracán.

“El mercado Ideal Marby ubicado (…) en el centro de la ciudad fue saqueado porque los cristales de la tienda se rompieron por las ramas de los árboles” informó Margot.

Otro residente, Carlos Manuel Fuentes, describió cómo el Hotel Bucanero fue saqueado.

“Muchas personas desesperadas por la desaparición de las bodegas del pueblo, aprovecharon que los custodios y otros trabajadores del hotel abandonaron la instalación inundada, para irrumpir en ella y llevar víveres a sus casas como jamón, queso, carnes” expresó Fuentes.
Agregó que “era alarmante la cantidad de computadoras, impresoras y otros equipos que quedaron enterrados en la arena y que la gente sacó con la esperanza de arreglarlos”.

Por el momento, el gobierno de Cuba no ha dado el costo que tendrá la recuperación de las zonas afectadas por Sandy.

La portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Elisabeth Byrs, describió el huracán Sandy como “la catástrofe más devastadora que ha vivido Cuba en los últimos 50 años”.

“Un millón de personas han sido damnificadas, lo que representa un 10% de la población de todo el país” informó Byrs el 6 de noviembre. El PMA señaló que las raciones de comida eran necesarias para más de 500 mil cubanos.

Este artículo fue publicado por primera vez en el sitio web IWPR.

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