Fiesta Callejera en La Habana termina en pelea

El alcohol y la pérdida de "fervor ideológico" arruina festividades escenificadas por miembros del Comité de Defensa de la Revolución.

Fiesta Callejera en La Habana termina en pelea

El alcohol y la pérdida de "fervor ideológico" arruina festividades escenificadas por miembros del Comité de Defensa de la Revolución.

Mientras el Comité de Defensa de la Revolución celebraba su 52 aniversario a finales de Septiembre, la fiesta en un barrio de la Habana llegaba a un final abrupto con una riña tumultuaria entre los residentes locales.

Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) existen en todas parte de Cuba, y funciona como un cuerpo de vecinos encargados de hacer trabajo comunitario y vigilar que no se atente contra la revolución.

El líder cubano Fidel Castro estableció los CDR en el año siguiente a la revolución de 1959 como una forma de presionar a los ciudadanos a informar sobre los demás. La mayoría de los cubanos están registrados como miembros de su CDR local.

En Managua, una localidad del municipio de Arroyo Naranjo, la fiesta de aniversario del CDR local resultó desagradable cuando dos jóvenes comenzaron a discutir y se sumaron familiares y amigos.

Vecinos de la calle San Isidro confirmaron que más de 20 personas, entre hombres y mujeres, protagonizaron el altercado.

El incidente en la fiesta del CDR 7, se inició por una disputa entre dos jóvenes a la cual se sumaron familiares y amigos.

Leandro Vives, un testigo presencial, dijo que los vecinos y otros participantes de la fiesta intentaron apaciguar el pleito, pero terminaron involucrados al ser golpeados en el tumulto.

“De pronto quedé atrapado en medio de la reyerta, la calle parecía un enjambre de avispas alborotadas... alcancé a ver cómo algunos fueron golpeados con botellas y trozos de madera”, apuntó Vives.

Ocho personas necesitaron atención médica después del conflicto. Los lesionados de mayor gravedad recibieron varias suturas en la cabeza por golpes propinados con botellas. Otro tuvo fractura de una muñeca y una gran cortada en el hombro derecho infligida con el pico de una botella rota.

Marta Hevia, madre de un joven de 16 años que resultó lesionado, dio a conocer que la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), cuya estación se ubica a menos de cien metros del lugar de los hechos, acudió a sofocar la riña cuando solo quedaban unos cuantos curiosos en la calle.

“Siempre aparecen tarde, a la hora de recoger los heridos. Se concentran más en perseguir a la gente que trata de vender algo para conseguir el alimento, que en garantizar la tranquilidad de los ciudadanos,” expuso Hevia.

La policía supo del incidente porque avisaron del Policlínico Managua, que estaba recibiendo a las víctimas de la pelea.

Con la colaboración de Báez, la Guardia Operativa de la PNR pudo identificar y detener a la mayoría de los agresores.

Cuatro hombres fueron multados con 500 pesos cada uno, una suma equivalente a 20 dólares americanos y superior al salario promedio mensual en Cuba. A otro grupo de implicados se le aplicó una multa de 30 pesos en Moneda Nacional por el delito de desorden público.

De manera cautelar la autoridad procedió a levantar una carta de advertencia que prohíbe a los sancionados formar parte de celebraciones públicas.

Baéz señaló que en las últimas décadas las fiestas de la organización “perdieron el fervor político ideológico de tiempos pasados”.

Un agente policial corroboró el planteamiento de Hevia. Confesó al presidente del CDR 7, Lázaro Báez, que ciertamente no se habían percatado del alboroto.

“Las personas acuden... para escuchar música bailable y consumir bebidas alcohólicas”. Cuestión que provoca, “como este año y el anterior”, que la fiesta de Managua “se acabe al son del golpe”.

Este artículo fue publicado por primera vez en el sitio web IWPR.

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