Cuba concede acceso a las prisiones en sus propios términos

La primera visita en años destaca la falta de una supervisión regular externa.

Cuba concede acceso a las prisiones en sus propios términos

La primera visita en años destaca la falta de una supervisión regular externa.

 

Cuando las autoridades cubanas ofrecieron a los periodistas extranjeros un acceso inusual al sistema penitenciario el mes pasado, lo hicieron en sus propios términos.

La visita tuvo lugar el 9 de abril, casi un mes antes de que el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas realizara el examen periódico sobre la situación en Cuba. 

El recorrido para los periodistas locales y extranjeros se hizo en cuatro instituciones- la gran prisión del Combinado del Este, una prisión de mujeres en La Habana, una prisión abierta y un centro de detención juvenil. Cuba cuenta con 200 instituciones penales que recluye a 57,000 prisioneros- una de las poblaciones carcelarias per cápita más altas del mundo.

Las organizaciones de derechos humanos señalan que el abuso es común en el sistema penal, y el gobierno no permite que grupos externos efectúen inspecciones periódicas.

Hace cuatro años, Canadá, Francia y Reino Unido sugirieron a Cuba establecer un sistema de revisión periódica de sus cárceles por las Naciones Unidas y otros observadores. La recomendación fue rechazada. En 2009, el gobierno cubano invitó a Manfred Nowak, relator contra la tortura en ese momento, para conducir una misión investigadora en establecimientos penitenciarios. Pero ni él, ni su sucesor, fueron capaces de hacer esa visita.

Esta trayectoria y el carácter limitado y orquestado de la reciente visita, han generado dudas acerca de lo que se mostró a los periodistas extranjeros.

El Teniente Coronel Roelis Osorio, Jefe del mayor establecimiento penitenciario en Cuba, Combinado del Este, expresó a los visitantes que los detenidos no son recluidos por más de seis meses.

“El término para celebrar juicio es 180 días (6 meses), pero a veces, puede demorarse incluso un año, aunque no es lo más frecuente”.

El limite ciertamente fue excedido en el caso de Sonia Garro, miembro de las Damas de Blanco, quien con su esposo, Ramón Alejandro, han estado en prisión 13 meses sin que se haya celebrado un juicio.

El 9 de abril- el día de la visita- el periodista Calixto Ramón Martínez Arias fue liberado de la prisión después de pasar seis meses sin haber fijado una fecha para sus juicio. Martínez Arias pasó la mayor parte del tiempo en el Combinado del Este, pero fue trasladado a la cárcel de Valle Grande poco antes de ser liberado.

Durante el recorrido con los periodistas, el coronel Osmani Leyva Ávila, segundo Jefe de la Dirección General de Establecimientos Penitenciarios del país, señaló que “apenas entre el siete y el nueve por ciento” de los reclusos están en prisión provisional. Cuando hay una demora en las causas judiciales, sólo “obedece al rigor del sistema judicial cubano en el procesamiento de los expedientes delictivos.”

El Teniente Coronel Roelis Osorio expresó que solamente un nueve por ciento de los presos reincide, y describió un programa de rehabilitación voluntaria y remunerada.

En un artículo publicado al tiempo de la vista, el diario oficial Granma citó a algunos reclusos que decían ganar entre 700 y 900 pesos al mes. Esto es considerablemente más que el salario promedio de 400 pesos al mes, unos 15 dólares estadounidenses.

Un ex-prisionero quien dijo llamarse Carlos y que recientemente abandonó una prisión al aire libre conocida como Centro de Trabajo y Estudio, expresó que nunca recibió ese tipo de salario.  

“Me pagaban cuatro pesos por deshierbar un surco de más de un kilómetro de largo. Como promedio cobraba unos 120 pesos mensuales” señaló el ex-prisionero. “La jornada de trabajo era de 7 de la mañana a 3 de la tarde, con una merienda de agua con azúcar y pan. Bajé más de 10 kg de peso”.

Yaremis Flores, abogada independiente y periodista ciudadana en Cuba.

Este artículo fue publicado por primera vez en el sitio web IWPR.

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